miércoles, 3 de febrero de 2010

lo siento, no puedo hoy.

Me visto de seda, huelo a lirio y madera, uso zapatos altos, peino mi cabello largo y lo meto dentro de unas orquillas, voy a verte, voy a hacerte mio, voy hacer tuya,
llega la llamada esperada y me dices, "lo siento, no puedo hoy"

Tomo mi bolso y salgo a la calle camino sin saber a donde ir, veo ese cafe vacilo un poco y por fin me refugio en el, siempre había querido ir y nunca habia entrado, tiene ese ambiente bohemio que tanto me atrae, es pequeño y tiene un aroma delicioso a buen cafe, a amores y desilusiones, a sueños y trasnoches, unas lagrimas arruinan el maquillaje que te estaba esperando, da igual no llegaras.

En la mesa una mano pone a mi vista un chocolate, volteo sonriendo ante el gesto dulce, de este nuevo desconocido, me pregunta por que lloro, mientras se sienta en la mesa, solo dije me ha cancelado y volví a sonreir mientras mis ojos se llenaban de agua, y dijiste soy afortunado ante tu desgracia, te mire nuevamente pero ahora no con una sonrisa sino con una mirada que podía volver hielo lo que estuviera enfrente, te disculpaste inmediatamente y dijiste te explicare: "te vi cuando salias de tu casa, molesta azotaste la puerta, vi ese temperamento tuyo aunado a tus ojos de tristeza en esa cara de dulzura, y me atrapaste en ese momento, así que te seguí hasta aquí",

Ahora te miraba sorprendida, mientras seguías con tu discurso: "no se que diablos pensabas por poco y te atropellan y tu no te diste cuenta, ni de que yo estaba apunto de sacarte de la escena cuando afortunadamente el coche paro" en ese instante me sorprendí aun mas, solo recuerdo a ver visto a lo lejos un carro rojo que hizo alto total, solo te dije, "pensé que el semáforo estaba en rojo", sonreíste, y me dijiste "no", en ese momento sentí que me sonroje, y volviste a decir: "vez como soy afortunado, tal vez tendría que haber ido contigo hasta el hospital," sonreí nuevamente con un poco de pena, mientras te observaba, llevabas abrigo y sombrero, al parecer te habías ido de ella para nunca volver, sonreíste ante mi mirada.

Sonó el teléfono, voltee a ver quien llamaba era el nuevamente, pensé: lo siento no puedo hoy, mientras sonreía apague el teléfono y te invite un cafe.

10 comentarios:

Ignacio J. Rivas dijo...

Mucho talento...enhorabueno por el blog!

Anderson Fabiano dijo...

sabina,
peor que los avatares de la vida son las inconsistencias de los deseos.
con cariño,
anderson fabiano

TORO SALVAJE dijo...

Las vueltas del destino.
Bien hecho.

Besos.

Abraham Monterrosas Vigueras dijo...

Hola!!!

Felicidades por este texto. Me sacó una sonrisa.

Sabes cómo atrapar al lector y haces lo que quieres con él.

Enhorabuena.

Espero que sigamos nuestros textos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

El del carro rojo...

Natalia Astuácas dijo...

Wowwwwwwwwww, vaya declaración.
Desde el principio me atrapó.
Un abrazo fuerte te dejo, cuidate mucho, besos y magia.

. dijo...

Fantástica elección...


UN besazo.

Unknown dijo...

y parece que la vida es asi, pero n hay que resignarse a que así sea...

HUMO dijo...

Dicen que lo que sucede conviene...y supongo será verdad!
No creo en las casualidades , si en las causalidades, y esta me parece de lo mas preciosa!

besos amiga!

=) HUMO

© L. Godiva dijo...

Jajaja... yo hubiera hecho lo mismo.
Bien por ello!